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El Salón de Clases

   Una clase o aula puede ser un laboratorio, un centro social, un lugar de investigación, un foro de opiniones, un hogar donde podemos jugar, un teatro donde hacer ensayos de lo que es la vida en el presente y de lo que podría ser en el futuro.

 

   En su libro “La Mente Absorbente”, María Montessori aboga por un cambio radical en el sistema de enseñanza. Ella sostiene e insiste en que el niño posee una mente instintivamente absorbente, la cual necesita de muy poca intervención del maestro. En este sentido, la tarea del maestro consiste en la preparación y la organización del entorno didáctico en función de las condiciones y necesidades socioculturales del niño. Tal como un sirviente anticipa las necesidades de su patrón, Montessori sugiere a los maestros anticipar la necesidad del niño sin coercionarlo y esperar a que éste proporcione las pautas de sus necesidades de aprendizaje.

 

La Administración del Aula es la mejor estrategia que he encontrado para aplicar algunas de las ideas de María Montessori a nuestra realidad socioeconómica, cultural y educativa. La utilización de las ocho áreas de acción discutidas, combinadas en forma sincronizada y armónica me ha permitido siempre hacer que los niños disfruten del proceso enseñanza-aprendizaje y también me ha permitido traspasar la barrera tradicional de la “transmisión de conocimiento” y convertir el aula en un lugar que permite experiencias que forman, orientan y desarrollan a los alumnos como personas pensantes y sensibles a su ambiente y a sus compañeros. A pesar de que Montessori propuso su concepto de “Mente Absorbente” en 1949, éste aún está vigente y las nuevas generaciones de docentes deben conocerlo y el reto para ellos es comprender la profundidad de dicho concepto y saber adaptarlo a nuestros tiempos.

La tarea del maestro no es hablar, sino preparar una serie de motivaciones para la actividad cultural en un ambiente especialmente hecho para el niño.

 María Montessori. La Mente Absorbente del Niño

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