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Talleres Lúdicos

INTRODUCCIÓN

     El concepto de “juego-trabajo” es muy bien conocido por los maestros, especialmente en primaria. Conocemos su importancia y, en teoría, comprendemos su uso, pero en realidad no conocemos la forma de implementarlo y mucho menos, sus resultados.
     El juego es una herramienta que logra captar y mantener la atención, canalizando el aprendizaje al interior del niño. Es un vehículo poderoso que sobrepasa las barreras del aburrimiento, el cansancio, la dificultad y lo incomprendido, convirtiéndolo en divertido, emocionante, no tan difícil, ni tan cansado y que se entiende cada vez más, mientras más se realiza.
     El concepto no es nuevo. Es el mismo que utilizan las grandes empresas fabricantes de juguetes, la diferencia es que estas empresas producen los juguetes para venderlos, mientras que el maestro utiliza el juguete con la firme intención de “enseñar haciendo”.
     Hoy en día, existen en el mercado una gran variedad de juegos o juguetes didácticos. La desventaja de estos juguetes es que no son muy accesibles para la mayoría de niños y muy pocas veces se ven disponibles en las escuelas públicas de nuestro país.
     Afortunadamente, existen técnicas que pueden utilizarse para despertar la atención del alumno en cualquier tópico. Son fáciles de fabricar, a muy bajo costo y por otra parte, atractivas y duraderas. La idea consiste en combinar el momento lúdico con el momento didáctico, no solamente para captar, sino también para mantener la atención del alumno enfocada en el ejercicio o en la actividad de aprendizaje que estamos tratando de que realice.
     Durante nuestras clases, podemos utilizar frecuentemente lo que yo llamo el “taller lúdico”. Éste consiste en combinar un pequeño juguete, adecuado a la edad de los alumnos, junto con una tarjeta que contiene las instrucciones del ejercicio a realizar. De esta manera, evitamos la práctica común de escribir los ejercicios en la pizarra, para volver más amena la clase.
     El sistema de talleres lúdicos está basado en la educación del método Montessori, especialmente en el principio que establece que la atención del educando debe ser lo más personalizada posible. También defiende la autonomía y autosuficiencia del estudiante, respetando sus dificultades y sus avances académicos, construyendo así un conocimiento sólido, duradero y práctico que conlleva a fortalecer la autoestima del niño.

Ayúdame a hacerlo por mí mismo

María Montessori

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